Dormir bien, pero poco: cuánto tiempo debe durar la siesta ideal para mejorar la memoria, según la NASA

La siesta es una de las tradiciones más incorporadas al estilo de vida de millones de personas en todo el mundo y, aunque muchas veces es asociada únicamente con el descanso o la comodidad, estudios recientes demostraron que una siesta bien administrada puede tener beneficios concretos para la salud cerebral y el desempeño cognitivo.
En este sentido, un informe elaborado por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA) arrojó datos reveladores sobre la duración ideal de este breve descanso diurno.

La investigación se centró en los efectos del cansancio sobre el rendimiento en contextos de alta exigencia, como los que enfrentan pilotos y astronautas en misiones espaciales.
A partir de diferentes pruebas con tripulantes, los científicos concluyeron que una siesta de exactamente 26 minutos es la más efectiva. Los participantes que descansaron ese tiempo aumentaron su nivel de alerta en un 54% y su capacidad cognitiva en un 34%, en comparación con aquellos que no durmieron.
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¿Cuánto debe durar la siesta ideal?
La explicación se encuentra en las fases del sueño. Cuando una siesta es demasiado prolongada, se corre el riesgo de entrar en el sueño profundo.

Esto puede provocar el efecto contrario al buscado: desorientación, fatiga e incluso alteraciones en el descanso nocturno. Por eso, los expertos coinciden en que la siesta ideal debe mantenerse entre los 20 y los 30 minutos.
A pesar de parecer una práctica simple, dormir brevemente durante el día puede volverse difícil si el entorno no es propicio. Los especialistas sugieren utilizar tapones para los oídos, máscaras para bloquear la luz, evitar las pantallas antes de descansar y practicar técnicas de relajación para facilitar el sueño. También se recomienda evitar las siestas después de las 15:00 para no interferir con el ciclo nocturno.
La siesta, correctamente aplicada, puede ofrecer una serie de beneficios comprobados: mejora en la memoria, mayor capacidad de reacción, reducción del estrés, aumento del estado de alerta y mejor ánimo general. Instituciones como Mayo Clinic también respaldan su uso, especialmente en personas que han tenido jornadas largas o que anticipan una noche con pocas horas de sueño.

De esta manera, la ciencia respalda lo que durante generaciones fue una práctica intuitiva: un descanso breve, bien dosificado y en el momento correcto puede ser una herramienta poderosa para mejorar el bienestar físico y mental. Y si la NASA lo dice, tal vez sea hora de ajustar las alarmas.