El histórico bodegón de Buenos Aires que se destaca por su tortilla gigante: dónde se encuentra y cómo llegar

El menú gastronómico de este restaurante está compuesto por diferentes exquisiteces que convierten cualquier comida en una experiencia única. Conocélo para visitar en familia.
La tortilla gigante del Bodegón Caballito.
La tortilla gigante del Bodegón Caballito. Foto: Instagram @bodegoncaballito

En el interior del Club Social y Deportivo Caballito Juniors se encuentra uno de los lugares más históricos de la gastronomía porteña: el Bodegón Caballito, que abre sus puertas todos los días y ofrece un amplio menú de comidas.

El interior del Bodegón Caballito. Foto: Instagram @bodegoncaballito

El menú gastronómico está compuesto por diferentes exquisiteces que convierten cualquier comida en una experiencia única. Sin embargo, estos son algunos de los platos más solicitados por los comensales del Bodegón Caballito:

  • Milanesa de carne con papas fritas
  • Milanesa de carne napolitana con papas fritas
  • Ñoquis con salsa rosa
  • Tortilla de papas
  • Vacío
  • Buñuelos de espinaca
  • Provoleta con morrón y huevo frito
  • Rabas crocantes
  • Budín de pan
  • Flan
  • Helado
Los ribs de cerdo que ofrece Bodegón Caballito. Foto: Instagram @bodegoncaballito

El Bodegón Caballito se encuentra en Nicasio Oroño al 500, a pocos metros del Parque Centenario. Esta estratégica ubicación hace que su llegada sea accesible desde diferentes puntos de la ciudad y de diversas maneras (auto o transporte público).

Varias líneas de colectivo, como la 84, 92, 99, 106, 124, 172 y 181 circulan por la zona, aunque que también es posible llegar en el tren Sarmiento bajando en la estación Caballito. Además, la estación Primera Junta, de la línea A de subte, se ubica a metros del restaurante.

El menú de invierno que ofrece Bodegón Caballito. Foto: Instagram @bodegoncaballito

Los 5 mejores bodegones de Buenos Aires, según la IA

El Obrero (La Boca): este clásico fundado en 1954 sigue atrayendo a comensales de todas partes. Su encanto reside en la ambientación cargada de fotos y camisetas firmadas, sus milanesas gigantes, los ravioles caseros y una carta de vinos accesibles. Es elegido por su autenticidad y por mantener precios razonables en un contexto inflacionario.

Don Carlos (Chacarita): no tiene carta y el mozo canta lo que hay. Esa es parte del ritual de este bodegón frente a la cancha de Atlanta. La comida es simple, de calidad y servida en porciones generosas. Las berenjenas en escabeche y el matambre a la pizza se llevan los aplausos. Lo eligen por su propuesta genuina y su ambiente familiar que no busca impresionar, sino hacer sentir en casa.

Café Paulin (Microcentro): aunque no está en una esquina típica de barrio, este bodegón de oficinistas se ganó un lugar entre los mejores por su velocidad, precios y contundencia. Las tortillas, los sándwiches de pavita y los platos del día son garantía de satisfacción. Se destaca por ser uno de los pocos lugares económicos que aún sobreviven en el centro porteño sin resignar calidad.

El Preferido de Palermo (Palermo): si bien tuvo una renovación que lo volvió más “instagrameable”, conserva el alma de bodegón con guiños modernos. Los embutidos, la tortilla babé y los escabeches artesanales lo convierten en un punto de encuentro ideal entre tradición y tendencia. Está en esta lista por lograr un equilibrio justo entre calidad, estética y precios relativamente accesibles dentro de su zona.

Albamonte (Chacarita): clásico entre clásicos, este bodegón combina mozos de oficio, platos tradicionales como los fideos al fierrito y una carta que no falla. Aunque sus precios son un poco más elevados que otros en esta lista, lo compensa con porciones para compartir y un sabor que justifica cada peso.