Ideal para el invierno: la mejor receta de sopa de puerro y papa

En los días de ola polar y temperaturas bajo cero, tomar una sopa caliente es ideal para calentar el cuerpo y absorber todos sus nutrientes de una forma sana y fácil.
Sopa de puerro
Sopa de puerro Foto: Upslash

El invierno es sinónimo de cenas con caldos y sopas simples, con mucho sabor y sobre todo, muy nutritivas para toda la familia. Algunas, más cremosas, combinan la textura y transforman una simple cena en toda una experiencia. Este es el caso de la sopa de puerro y papas.

Esta sopa puede servirse fría o caliente y sorprende por su aroma cálido y su irresistible sabor. Las féculas de la papa le otorgan una textura cremosa sin igual y los croutons, le aportan la parte crocante ideal que necesita para ser un plato llenador del invierno.

Sopa de puerro Foto: Upslash

Esta receta es bastante simple con los ingredientes necesarios. Solo necesitarás una hora y un poco de paciencia, pero el resultado es absolutamente prometedor.

Receta de sopa de puerro y papas

Ingredientes (para 4 porciones):

  • 2 puerros grandes (solo la parte blanca y un poco del verde claro)
  • 3 papas medianas
  • 1 cebolla (opcional, pero suma sabor)
  • 2 cucharadas de manteca (o aceite de oliva)
  • 750 ml de caldo de verduras o pollo
  • 200 ml de crema de leche (opcional, para un toque cremoso)
  • Sal y pimienta a gusto
  • Nuez moscada (opcional)
  • Cebolla de verdeo o verde de puerro picado para decorar

Paso a paso:

Primero, lavá bien los puerros (suelen tener tierra entre las capas) y cortalos en rodajas finas. Pelá y cortá las papas en cubos pequeños. Si usás cebolla, picala fina.

En una olla grande, derretí la manteca o calentá el aceite. Agregá el puerro (y la cebolla si usás) y salteá a fuego medio-bajo durante 10 minutos, hasta que estén suaves pero sin dorar.

Sopa de puerro Foto: Upslash

Sumá las papas a la olla, mezclá bien y cubrí con el caldo caliente. Tapá y dejá cocinar a fuego bajo unos 25 minutos, o hasta que las papas estén bien tiernas. Luego, retirá del fuego y procesá con una licuadora de mano (o convencional) hasta obtener una textura cremosa. Si preferís una sopa rústica, podés dejar algunos trocitos enteros.

Incorporá la crema y mezclá bien. Calentá un par de minutos más sin que hierva. Ajustá sal, pimienta y una pizca de nuez moscada si te gusta.

Serví caliente con un chorrito de aceite de oliva o un poco de cebolla de verdeo picado por arriba. También podés acompañarla con pan tostado o croutons.