Desapareció por completo: el nombre que nadie lleva hace más de 60 años en Argentina

Era utilizado décadas atrás, pero desapareció por completo y ya nadie se llama así.
El nombre que dejó de ser elegido por los argentinos.
El nombre que dejó de ser elegido por los argentinos. Foto: Pixabay.

Tiempo atrás los argentinos tenían nombres creativos, raros y antiguos. En las aulas, en la plaza y hasta en los registros civiles, este nombre era utilizado y parecía que iba a perdurar en el tiempo. Sin embargo, la historia cambió y ahora es como si hubiera sido borrada del mapa.

Cuál es el nombre que ya no se usa en Argentina Foto: Unsplash.

Hay un nombre en particular que desapareció por completo y que hace más de seis décadas que ningún argentino lo lleva. Y a pesar de que Argentina tiene aproximadamente 45 millones de habitantes, donde los nombres se heredan o se reinventan con la moda, éste quedó en el olvido absoluto.

En los últimos 64 años, no hay registros de personas llamadas así. ¿Está desactualizado? ¿Tabú? ¿Demasiado antiguo? Las razones pueden ser muchas, pero el hecho es uno: nunca nadie volvió a llamarse así.

Cuál es el nombre que nadie lleva hace más de 60 años en Argentina

El nombre que nunca más volvió a utilizarse en Argentina es Frumencio y, a pesar de que fue utilizado por mucho tiempo, la última persona registrada con ese nombre data del año 1961 y, desde entonces, nadie más volvió a tenerlo.

Maternidad, lactancia, bebé, salud. Foto: Unsplash
Frumencio es un nombre que ya no existe más

Alcanzó su mayor popularidad en el año 1954 con 4 personas con ese nombre. Además, desde 1922 hasta el momento, solo 9 habitantes llevaron este nombre.

El nombre Frumencio es masculino de origen latino. Proviene del latín Frumentius, que a su vez deriva de frumentum, que significa “trigo” o “grano”. Por eso, simbólicamente se asocia con la fertilidad, la abundancia o incluso con alguien “nutritivo” o “provechoso” para la comunidad.

Su nombre fue adoptado por un misionero cristiano, llamado San Frumencio, que fue venerado como el primer obispo de Aksum, en lo que hoy es Etiopía. Se le atribuye haber llevado el cristianismo a esa región y es considerado apóstol de Etiopía. La Iglesia ortodoxa etíope lo reconoce como santo y figura muy importante en su historia religiosa.

En la actualidad, ya nadie se llama así. Las razones pueden ser varias: su sonoridad antigua, su fuerte carga religiosa, y por haber sido considerado un nombre demasiado “raro” o “serio” en contextos modernos.