Acreedores de SanCor buscan reflotar la empresa solo si se declara formalmente en quiebra

La crisis de SanCor, una de las cooperativas lácteas más emblemáticas del país, atraviesa una nueva etapa. Los acreedores de la firma buscan alternativas para reactivarla, aunque consideran que el camino más viable sería hacerlo después de que se declare formalmente la quiebra.
Días atrás, el juez que lleva adelante el concurso de acreedores en la Cámara de Rafaela convocó a los principales interesados a presentar propuestas concretas de reestructuración. La idea de avanzar con la quiebra permitiría acceder a los activos de la compañía sin arrastrar la compleja estructura de deudas que mantiene desde hace años, además de los múltiples juicios que pesan sobre la cooperativa.
En ese escenario, ya habría inversores interesados en impulsar un proceso de reactivación bajo nuevas condiciones de gestión y con un esquema financiero más liviano.

SanCor está en concurso preventivo desde febrero de este año, acumula más de 300 pedidos de quiebra y una deuda cercana a los 400 millones de dólares. En este contexto, la compañía busca seguir operando a baja escala mientras se define su futuro.
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Actualmente, de las catorce plantas industriales que supo tener, solo seis permanecen activas, muchas de ellas trabajando con producción reducida y bajo contratos de procesamiento para otras firmas del sector.
El magistrado que lleva adelante la causa, Guillermo Vales, ya no está al frente del juzgado en el que tramita el concurso y el caso pasó a otro tribunal de la misma jurisdicción. En paralelo, se informó que la propia empresa había presentado un plan de reactivación, pero el gremio lácteo lo rechazó por considerarlo “inviable”, dado que incluía la desvinculación de 300 trabajadores.
Los acreedores que participan de las conversaciones entienden que una eventual quiebra ordenada facilitaría el ingreso de nuevos inversores. La idea es que una vez saneada la situación judicial y financiera, se pueda reorganizar la estructura productiva y recuperar parte de la capacidad operativa que supo tener la cooperativa.
SanCor llegó a procesar más de 3 millones de litros de leche diarios y se encuentra en un punto crítico. Con plantas cerradas, deudas impositivas y laborales acumuladas y una red de tamberos cada vez más reducida, el desafío será encontrar un esquema que permita mantener viva la marca y reinsertarla en el mercado lácteo argentino.



















