No es compatible con el descanso: el color que hay que evitar en tu dormitorio para dormir bien

Para poder conciliar bien el sueño no basta solamente con acostarse en la cama y cerrar los ojos, ya que en distintas ocasiones depende de tener un colchón cómodo, oscuridad adecuada y sábanas limpias. Sin embargo, hay un detalle que poco se tiene en cuenta y es la decoración o el color que se elige en las paredes y hasta en la ropa de cama.
Aunque no lo parezca, el tono elegido puede afectar el sueño. Según diversos estudios de la psicología del color y creencias tradicionales en cromoterapia, algunos tonos estimulan demasiado el cerebro y generan un estado de alerta poco compatible con el descanso. Por este motivo, los especialistas en cromoterapia insisten en que el color rojo debe ser descartado de la habitación.

Y si bien este color es sinónimo de pasión, energía y vitalidad, se trata también de uno de los menos recomendados para el dormitorio, debido a que activa el sistema nervioso, aumenta la frecuencia cardíaca y estimula la mente, lo que puede derivar en un sueño más liviano o interrumpido.
De hecho, los colores cálidos e intensos como el naranja, están asociados a la acción, la emoción y la pasión, pero no al descanso. Por eso, aunque pueden ser excelentes para espacios donde se busca dinamismo —como el living, la cocina o un gimnasio— no son adecuados para el dormitorio, donde el objetivo es lograr calma y relajación.
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Cuáles son los mejores colores para un dormitorio
Si buscás transformar tu habitación en un refugio de descanso, los psicólogos del color recomiendan apostar por tonos fríos y suaves, de baja saturación. Estos ayudan a reducir el estrés, bajar el ritmo cardíaco y favorecer un ambiente de serenidad.
Algunos recomendados son:
- Azul: transmite calma y confianza, reduce la presión arterial y promueve un sueño profundo.
- Verde: evoca la naturaleza y el equilibrio emocional, ideal para generar una sensación de frescura y bienestar.
- Lavanda o lila suave: los tonos claros de púrpura transmiten calma y serenidad, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad.
- Rosa suave: este tono crea un ambiente acogedor y tranquilo. Se combina bien con grises, blancos y maderas claras para una atmósfera relajante.
- Beige, crema o arena: neutros cálidos que aportan sensación de orden, confort y amplitud. Funcionan como fondo para combinar con textiles suaves y detalles en madera.

Estos colores ayudan a que la mente “baje las revoluciones” al final del día y preparan el cuerpo para un descanso reparador. Sin embargo, es necesario recordar que la iluminación es clave para un buen descanso, y por eso, las luces de noche deben ser tenues, además de mantener el ambiente entre 18°C y 22°C.
Combinar una paleta cromática relajante con un entorno ordenado, bien ventilado y libre de distracciones tecnológicas puede mejorar significativamente tu salud y bienestar nocturno.















