No es decoración: el secreto detrás de las botellas de plástico en los balcones y terrazas

Las terrazas y los balcones altos de la ciudad suelen tener botellas de plástico colgadas o apoyadas en la baranda. Aunque a primera vista parecen ser una decoración improvisada para reutilizar materiales, tiene una utilidad que va mucho más allá.
Este sencillo truco casero se utiliza en distintas partes del mundo para ahuyentar palomas y otras aves que suelen posarse en las terrazas, ensuciando, haciendo nidos y generando molestias a los vecinos. Se trata de un método simple y efectivo, ya que basta con colocar algo de agua en su interior y ubicarlo en las zonas donde las aves suelen apoyarse.

Este tip funciona debido a que la luz del sol se refleja en el agua y en el plástico, produciendo destellos y reflejos que incomodan a las palomas, haciéndolas creer que se trata de movimiento o fuego. Esto las asusta y evita que se acerquen. En algunos casos, también se cuelgan las botellas para que se muevan con el viento, reforzando la sensación de peligro y alejando a las aves de forma natural y sin dañarlas.
Colgar botellas con agua en balcones y terrazas: cuáles son las ventajas
Además de ser una técnica económica y ecológica, el uso de botellas de plástico tiene varias ventajas:
- No daña a las aves, solo las mantiene a distancia.
- Reutiliza materiales que normalmente terminarían en la basura.
- No requiere mantenimiento ni productos químicos.
- Puede combinarse con otros métodos disuasorios, como CDs colgantes o cintas reflectantes.
- Recomendaciones para usar botellas en el balcón
- Para que el método funcione correctamente:
- Usá botellas transparentes (de agua o gaseosa).
- Llenalas con un poco de agua, alrededor de un tercio.
- Colocalas donde dé el sol o donde las aves suelen posarse.
- Si querés aumentar el efecto, colgá las botellas con hilo para que se muevan con el viento.

Aunque parezca un detalle menor, colocar botellas de plástico en el balcón es una práctica muy útil para prevenir la presencia de aves sin dañar el entorno. Lo que muchos ven como una curiosidad o una decoración improvisada es, en realidad, una solución ingeniosa y sustentable para convivir mejor en la ciudad.
















