Incendios forestales en Chile: estrategias para el combate de una tragedia


La violencia de los incendios forestales en Chile, los mayores de la historia del país según las autoridades, ha generado a la fecha un trágico saldo de 11 muertos –entre ellos dos policías y cuatro bomberos o brigadistas-, 1.103 viviendas destruidas, 3.810 damnificados y 400.000 hectáreas arrasadas por el fuego.
El Centro Mundial de Monitoreo de Incendios (Global Fire Monitoring Center, GFMC) lleva un reporte diario con datos e imágenes. Esta organización del Instituto Max Planck de Química, con sede en la Universidad de Friburgo, provee un portal de documentación, información y monitoreo sobre incendios forestales y cuenta con una red internacional de trabajo y cooperación. Además realiza labores de investigación, alerta temprana y capacitación, como el curso intensivo para organizaciones sudamericanas, efectuado en Uruguay el año pasado.
Lindon Pronto, experto del GFMC, conversó sobre la catástrofe en Chile.
¿Por qué se han declarado en Chile incendios de tal magnitud?
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Se puede atribuir a las condiciones de sequía presentes desde hace varios años. La baja humedad en el suelo y la vegetación, y la muy baja humedad relativa del aire, combinadas con muy altas temperaturas, crean condiciones muy favorables para el fuego. Si se agrega alguna forma, usualmente humana, de ignición, ya sea intencional o accidental, el fuego crece rápida e intensamente. El viento es el principal factor que transporta el fuego y los fuertes vientos que se han presentado hacen muy difícil y a veces poco seguro el combate.
¿Por qué ha durado tanto y ha sido tan difícil el combate del fuego?
Con pequeñas a nulas variaciones en las condiciones del tiempo, multiples incendios al mismo tiempo y el rápido movimiento de los frentes, en algún momento los recursos simplemente son insuficientes. Además, cuando hay vidas o bienes en riesgo, los bomberos se enfocan en protegerlos, lo que ocasionalmente distrae o limita el control general e impide que sean más ofensivos en su combate. Una vez que se da este punto crítico de inflexión y se necesitan recursos externos, del ejército, la policía o ayuda internacional, aparece el desafío adicional de variados niveles de experiencia, estilos de comunicación, terminología y barreras lingüísticas, entre otros.
¿Cuánto se puede atribuir a la acción del ser humano?
Los medios han reportado incendios intencionales, pero las autoridades habrían descartado que se trate de actos terroristas. Habría 44 sospechosos actualmente detenidos, incluido un bombero. Un informe destaca que los incendios están particularmente afectando a plantaciones de pinos no nativos, lo que compromete sobre el 40% de las áreas quemadas y son extremadamente inflamables durante la sequía en curso. Otro reporte insinúa como negligencia de compañías eléctricas el mantener líneas y equipamiento que podría haber generado chispas en contacto con vegetación inflamable.
¿Qué ocurre en Argentina, la situación es similar a la chilena?
Argentina experimenta una situación muy similar, especialmente en lo referente a la sequía y otras condiciones meteorológicas que favorecen incendios. La diferencia es la escala de los eventos, donde Chile tiene una situación mucho más abrumadora y más atención internacional. La memoria del público, de quienes toman decisiones y de los medios es de corta vida. Nadie habla ya de la emergencia de incendios forestales que ocurrió en Perú en noviembre de 2016, hace apenas unas semanas.
¿Son éstos los peores incendios forestales en la historia de Chile?
Es difícil afirmarlo. ¿Cómo se define "peor”: por el area quemada, el número de personas heridas o muertas, la cantidad de daños económicos y de infraestructura? Se puede decir que es el peor episodio desde que comenzó la recolección de estadísticas de incendios forestales en Chile, en 1964.
¿Estaba Chile preparado para este desafío?
En principio, Chile podría ser considerado número uno en manejo y extinción de incendios entre los países sudamericanos. Las autoridades de bomberos o brigadistas profesionales y muchas brigadas de voluntarios tienen tácticas y estrategias certeras y muy bien desarrolladas. Pero CONAF, la agencia responsable de manejar los incendios forestales, no está exenta de retos. A pesar de las competencias y la preparación de las instituciones chilenas, se puede decir que estaban claramente abrumadas por la magnitud del evento y necesitaron ayuda de la policía, ejército y asistencia internacional en no menor medida.