Crece el tráfico de personas en México: cómo afecta el endurecimiento migratorio de Trump y cuánto cobran los coyotes

El endurecimiento de las políticas migratorias impulsadas por la administración Trump desvió a miles de personas hacia rutas más peligrosas, donde no solo se expone a los migrantes a abusos y condiciones extremas, sino que también evidencia cómo las restricciones fronterizas alimentan el lucrativo mercado del contrabando humano.
La cancelación del programa CBP One y otras medidas contra la migración irregular adoptadas por el presidente de Estados Unidos tuvieron efectos en Tapachula, epicentro de la crisis migratoria en el sur de México, donde los traficantes de personas pelean por la ruta hasta la frontera norte.

Los traficantes de personas, que están cobrando entre 10.000 y 15.000 dólares por viaje, recogen a los migrantes en el río Suchiate, que divide a México con Guatemala, y desde allí son llevados hasta la frontera con Estados Unidos, situación que refleja que la migración irregular no se detuvo pese a las políticas de Washington.
La Administración de Trump eliminó una serie de programas y beneficios migratorios creados por su antecesor, entre ellos el parole humanitario para Cuba, Nicaragua, Venezuela y Haití y la aplicación CBP One, que permitía pedir cita para entrar de manera legal por la frontera.
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Como consecuencia, más de medio millón de personas se quedaron en un limbo legal -mientras los tribunales deciden sobre la legalidad de los programas- o directamente en una situación migratoria irregular.
Las historias de vida de migrantes que pagan miles de dólares para cruzar la frontera a Estados Unidos
En la mayor ciudad fronteriza del sur de México, se encuentra la migrante cubana Ghislayne Jiménez Moret, quien narró que pagó pasajes de 5.000 dólares de su país hasta Nicaragua y de esa nación fue trasladada a la frontera de México con Guatemala por otros traficantes.
“Claro, nosotros nos venimos de manera ilegal, pagamos hasta Nicaragua, porque Cuba es una isla que está en medio del mar y no tiene frontera y luego pagamos pasajes de 5.000 dólares cuando llegamos a Nicaragua hay gentes o ‘coyotes’, que nos traen hasta acá (Tapachula), y estos cobran en dólares”, agregó Moret.
Por su parte, el ecuatoriano Fredy Lozano llegó a Tapachula, la mayor ciudad fronteriza en el sureño estado de Chiapas, hace un año y durante su travesía las diversas autoridades migratorias le pedían dinero a cambio de dejarlos pasar porque no traen pasaporte o visa.
“El permiso permanente para pasar por país, como nosotros no lo teníamos y mi familia es ecuatoriana ellos les cobraban más”, indicó Lozano, al señalar que se encuentra de manera irregular limpiando vidrios de autos, ya que está a la espera de sus documentos para poder salir de la frontera sur de manera legal.