Kate Middleton y el príncipe William marcan distancia con Carlos III al romper con una tradición milenaria de la realeza británica

El príncipe William y su esposa Kate Middleton tomaron una decisión institucional que está siendo interpretada como un gesto simbólico hacia el futuro de la monarquía británica. En una jugada cuidadosamente planificada, la pareja real dejó de trabajar con Harbottle & Lewis, el bufete de abogados que por décadas representó a la familia Windsor, y contrató a Mishcon de Reya, un estudio con un perfil más moderno.
Este cambio, que podría parecer meramente administrativo, en realidad representa un quiebre en una tradición profundamente arraigada dentro del funcionamiento legal de la Casa Real. Harbottle & Lewis ha sido, durante años, una pieza clave en la gestión jurídica de los asuntos privados y públicos de los miembros de la familia real. Su cercanía con la estructura institucional del Palacio de Buckingham lo convertía en una extensión de la propia corona.

Una decisión con mensaje político
La elección de Mishcon de Reya no fue al azar. Este mismo estudio fue el que representó a la princesa Diana en su proceso de divorcio del actual rey Carlos III. Elegirlo a más de dos décadas de aquel conflicto histórico, no solo implica un cambio de estilo, sino también una toma de posición clara de William respecto del legado de su madre y su visión futura del rol institucional que quiere encarnar.
Según el periodista Richard Eden, del Daily Mail, el príncipe de Gales expresó su deseo explícito de no continuar colaborando con los abogados de su padre. Fuentes cercanas al entorno real afirman que William y Kate apuntan a “hacer las cosas de manera diferente” y proyectar una imagen más acorde con las demandas y sensibilidades de la sociedad actual.
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El futuro de la corona británica bajo otra mirada
El estudio Mishcon de Reya se caracteriza por su enfoque en la defensa de los derechos individuales, la privacidad y la gestión de crisis mediáticas, áreas que actualmente son cruciales para los miembros de la realeza. Este perfil contrasta con el estilo más conservador y reservado de Harbottle & Lewis, lo cual refuerza la lectura de que William y Kate están delineando su propia hoja de ruta como futuros monarcas.
Este movimiento se suma a otros gestos que la pareja ha dado en los últimos años, como su intento por modernizar la comunicación institucional o su fuerte apuesta por causas sociales vinculadas a la salud mental, la educación y la infancia.

Aunque la Casa Real no emitió comentarios oficiales sobre el cambio de bufete, el mensaje es claro: los príncipes de Gales están trazando un camino propio, distinto al de la generación que los precede. La ruptura con una firma tan identificada con la realeza británica es, en ese sentido, mucho más que una cuestión de representación legal: es un símbolo de transformación en una institución que rara vez cambia sin una señal política detrás.
Por lo pronto, Kate y William parecen decididos a convertirse en los rostros de una corona que busca renovarse sin romper del todo con su historia.