Propulsión nuclear y defensa antiaérea: cómo es el portaaviones Gerald Ford que EEUU envió al Caribe para disuadir a Venezuela
El Pentágono anunció este viernes el despliegue en el Caribe del portaaviones Gerald Ford, el más grande y potente de la flota estadounidense, en medio de la tensión con Venezuela por los ataques militares contra lanchas presuntamente cargadas con drogas.
El USS Gerald R. Ford (CVN-78) muestra el poder de la ingeniería humana llevada al extremo. Esta embarcación de propulsión nuclear, perteneciente a la Armada de Estados Unidos, no solo ostenta el título del barco más grande jamás construido, sino que también representa la máxima expresión de tecnología, fuerza militar y estrategia global.
Así es el portaaviones Gerald Ford que EEUU envió al Caribe para disuadir a Venezuela
Con 337 metros de eslora y 78 metros de manga, este coloso desplaza alrededor de 100.000 toneladas, lo que lo convierte en un verdadero continente flotante. Su sistema de propulsión nuclear le permite operar con autonomía casi ilimitada, alcanzando velocidades superiores a los 30 nudos, sin necesidad de reabastecimiento frecuente.
Pero su tamaño no es lo único que impresiona. El Gerald R. Ford incorpora sistemas de última generación como el EMALS (Electromagnetic Aircraft Launch System), que lanza aeronaves con mayor eficiencia y menor desgaste que las catapultas tradicionales.
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Además, el Advanced Arresting Gear permite aterrizajes más seguros y rápidos. Su equipamiento se completa con radares AESA, misiles RIM-162 ESSM, sistemas de defensa antiaérea y láseres en desarrollo, lo que lo posiciona como uno de los buques más avanzados frente a amenazas modernas, incluyendo misiles hipersónicos.
A bordo, el portaaviones alberga a más de 4.550 personas, entre tripulación y personal del ala aérea. La vida en su interior es una coreografía constante, donde cada tarea se cumple con precisión militar.
Su cubierta de vuelo, de 333 metros de largo, se vuelve un escenario dinámico donde operan aviones como los F/A-18 Super Hornet, los F-35C Lightning II y los E-2D Hawkeye, ejecutando despegues y aterrizajes en sincronía perfecta.
El desarrollo del USS Gerald R. Ford no estuvo exento de obstáculos. Problemas con los elevadores de armas y ajustes en los nuevos sistemas electromagnéticos causaron demoras y críticas. Sin embargo, su despliegue exitoso en zonas estratégicas como el Mediterráneo oriental ha demostrado que la paciencia y la inversión han dado frutos.
Este buque no es solo un logro militar, sino un símbolo del ingenio humano, una plataforma de poder, innovación y seguridad. Es, sin duda, el barco que define la guerra naval del siglo XXI.










