Abandonó su moneda nacional y nunca volvió atrás: la historia del único país sudamericano que eligió la dolarización
En un continente caracterizado por su diversidad cultural, geográfica y económica, cada país de América del Sur mantiene su propia moneda nacional.
Sin embargo, Ecuador rompió con esa regla. Desde el año 2000, este país andino se convirtió en el único del continente en adoptar oficialmente el dólar estadounidense, un cambio que alteró de raíz su estructura económica y social.
Ecuador, el único país sudamericano que renunció a su moneda: una decisión que cambió su economía
La decisión se tomó en un momento de profunda crisis. A fines de la década de 1990, la economía ecuatoriana se encontraba al borde del colapso. La inflación se disparaba, el sucre (la moneda nacional desde el siglo XIX) se devaluaba aceleradamente y los bancos atravesaban una crisis de liquidez que derivó en el “feriado bancario” de 1999, cuando el gobierno congeló los depósitos de los ciudadanos. Las familias perdieron sus ahorros y la pobreza alcanzó niveles alarmantes.
Frente a ese escenario, el entonces presidente Jamil Mahuad anunció una medida que dividió al país pero que marcaría un antes y un después en su historia: la dolarización. En enero del año 2000, el dólar estadounidense entró oficialmente en circulación como la moneda de este país de América del Sur. Desde ese momento, los ecuatorianos comenzaron a utilizar billetes y monedas que hasta el día de hoy reconocen al instante, desde los centavos hasta los billetes de 100 dólares.
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El impacto fue inmediato. Por un lado, la dolarización detuvo la hiperinflación y estabilizó los precios. Las transacciones se simplificaron, los turistas encontraron mayor facilidad para visitar el país y los comerciantes recuperaron la previsibilidad perdida. La medida también logró atraer inversiones externas, al eliminar el riesgo de devaluaciones bruscas.
Sin embargo, no todo fue positivo. Ecuador renunció a una de las herramientas más importantes de soberanía económica: la capacidad de emitir su propia moneda y manejar su política monetaria. Cualquier fluctuación internacional del dólar, como las crisis financieras globales o las decisiones de la Reserva Federal de Estados Unidos, repercute directamente en la economía ecuatoriana.
Más de dos décadas después, el uso del dólar está completamente arraigado en la vida cotidiana. En los mercados, en los taxis, en los restaurantes y en los hogares, todo se mide en dólares. Para las nuevas generaciones, el sucre es apenas un recuerdo o una referencia histórica que escuchan de sus padres y abuelos.
Un estudio reciente de Latin American Foreign Direct Investment señaló que tras la adopción oficial del dólar, las tasas de inflación en ese país convergieron hacia niveles similares a los de EE.UU. y se estabilizaron. Por ejemplo, la inflación anual fue 1.51 % en noviembre de 2024, la más baja de América Latina.
Un informe indica que la confianza en el sistema bancario se recuperó tras la dolarización. “En 2000 los depósitos a la vista eran USD 948,5 millones; en 2009 llegaron a USD 4.902,2 millones y en octubre de 2024 sumaban USD 10.477,7 millones, según Latinvex.
En la actualidad, Ecuador sigue siendo un caso excepcional en América del Sur. Mientras sus vecinos mantienen monedas propias, el país andino continúa apostando por una estabilidad anclada al dólar. Una decisión que, a pesar de las críticas y las limitaciones, permitió recuperar la confianza perdida y redefinir la relación de los ecuatorianos con el dinero, la economía y el futuro.

Datos clave sobre la dolarización de Ecuador
- La tasa anual de inflación en el país antes de la dolarización estaba en niveles muy elevados. Tras la adopción oficial del dólar, la inflación promedio anual se redujo a aproximadamente 3,2 % en los 22 años posteriores.
- En el año 2024, la inflación anual se estimó en cerca de 1,547 %.
- La tasa de crecimiento económico real (PIB) mejoró tras la dolarización: pasó de aproximadamente 2,5 % anual antes de la medida, a cerca de 3,6 % anual después.
- La experiencia mostró también que la economía de este país se volvió más sincronizada con la economía de EE.UU. luego de adoptar el dólar, lo cual se traduce en una mayor dependencia de la política monetaria estadounidense.
- Una encuesta reciente indica que la aprobación de la dolarización es cercana al 90% entre la población.














