No es decoración: para qué sirve pintar los troncos de los árboles de blanco y qué beneficios aporta

Aunque muchos lo asocian a lo decorativo, pintar los troncos de blanco tiene fines prácticos y ambientales. Conocé por qué es una medida clave para la salud de los árboles.
Troncos pintados de blanco.
Troncos pintados de blanco. Foto: Dreamstime.

A menudo, al caminar por plazas, bulevares o calles arboladas, es común ver que muchos árboles tienen la base de su tronco pintada de blanco. Lo que muchos consideran una simple cuestión estética, en realidad responde a una necesidad concreta de protección vegetal.

Esta técnica, implementada desde hace décadas en zonas rurales y urbanas, forma parte del mantenimiento preventivo que ayuda a preservar la salud de los árboles y a extender su vida útil. Lejos de ser un recurso decorativo, pintar los troncos cumple múltiples funciones.

Árboles pintados de blanco. Foto: Pexels.

¿Para qué se pinta de blanco un tronco?

  • Prevención de plagas: la cal forma una película que actúa como barrera contra insectos que se alimentan o anidan en la corteza.
  • Control de hongos y bacterias: ayuda a mantener una superficie seca y menos propensa al desarrollo de microorganismos nocivos.
  • Protección solar y térmica: el color blanco refleja los rayos solares, evitando que la corteza se sobrecaliente durante el verano y ayudando a conservar una temperatura más estable en invierno.
  • Evita grietas invernales: durante los meses fríos, las fluctuaciones térmicas pueden generar fisuras en el tronco. La pintura blanca amortigua esos cambios bruscos.

Estas ventajas hacen que la práctica sea ampliamente utilizada tanto en espacios públicos como en jardines privados. En zonas urbanas, donde el “efecto isla de calor” se intensifica por el asfalto y el cemento, esta protección se vuelve aún más relevante.

Árbol pintado de blanco. Foto: Aygul Bulté / Adobe.

¿Qué contiene la pintura y cada cuánto debe aplicarse?

La preparación más común incluye:

  • Cal hidratada y agua, como base principal.
  • En ocasiones, se suma sulfato de cobre para combatir hongos, o insecticidas naturales para mejorar la protección contra plagas.
  • Esta mezcla es de bajo costo, fácil de preparar y segura para el entorno.

Se recomienda pintar los troncos una o dos veces al año, preferentemente:

  • A comienzos del verano (para enfrentar las altas temperaturas).
  • Al inicio del invierno (para proteger del frío extremo).

Aunque es una práctica sencilla, esta medida de mantenimiento puede marcar una gran diferencia en la conservación de los árboles y en la calidad ambiental de los espacios verdes.