El olivo más antiguo del mundo tiene 4.000 años y aún produce aceitunas: un caso único que sorprende a la ciencia

Investigaciones científicas aseguran que aún mantiene una producción activa de aceitunas cada año. Su resistencia biológica y adaptación al entorno lo convierten en un caso excepcional de longevidad vegetal.
El olivo más antiguo del mundo tiene 4.000 años y aún produce aceitunas.
El olivo más antiguo del mundo tiene 4.000 años y aún produce aceitunas. Foto: Forestal Maderero.

En la localidad de Ano Vouves, en la isla de Creta, se encuentra uno de los árboles más longevos del mundo: un olivo que, según estudios científicos, habría comenzado a crecer hace aproximadamente 4.000 años y que, en la actualidad, produce aceitunas viables cada temporada.

Este ejemplar pertenece a la especie Olea europaea L., tradicional del Mediterráneo, y corresponde a la variedad tsounati, reconocida por su resistencia y adaptabilidad a condiciones climáticas adversas. Su permanencia a lo largo de los siglos, junto con su productividad ininterrumpida, lo convierte en un fenómeno biológico singular y de alto interés científico.

El olivo más antiguo del mundo tiene 4.000 años y aún produce aceitunas. Foto: Ginart Oleas.

Las increíbles características del olivo de Vouves

El árbol presenta un tronco retorcido, erosionado y parcialmente hueco, de 4,6 metros de diámetro y 12,5 metros de perímetro, producto de siglos de transformaciones naturales y podas. Su copa sigue desarrollándose con brotes nuevos cada año, y mantiene una actividad biológica comparable a la de ejemplares mucho más jóvenes.

La longevidad del olivo no afectó su capacidad productiva: durante cada temporada, el árbol genera frutos sanos, que son recolectados de forma manual. Aunque el aceite de oliva que se obtiene de estas aceitunas no se comercializa, su elaboración en frío tiene un alto valor simbólico y cultural.

Dada la imposibilidad de aplicar métodos tradicionales de datación, como el conteo de anillos en el núcleo del tronco, ya desaparecido por la descomposición natural, los científicos utilizaron técnicas no destructivas y análisis complementarios.

El olivo más antiguo del mundo tiene 4.000 años y aún produce aceitunas. Foto: Ginart Oleas.

El equipo liderado por el profesor Mihalis Avramakis, de la Universidad de Creta, empleó tomografías computarizadas, análisis de ramas secundarias, dendrocronología, estudios histológicos de hojas, pruebas de germinación y evaluaciones anatómicas para estimar la edad y vitalidad del ejemplar.

Los resultados de esta investigación, publicados en 2021 en la revista científica Plants, establecieron una edad cercana a 4.000 años, con márgenes de estimación mínimos que indican, al menos, 2.000 años de antigüedad confirmada.

Las muestras foliares mostraron tejidos saludables, con estructuras típicas de árboles en pleno desarrollo, lo que refuerza la conclusión de que el olivo se encuentra en condiciones fisiológicas óptimas.

Esto se debe a que el olivo de Vouves crece en un entorno propicio para su desarrollo. Las condiciones climáticas mediterráneas, inviernos suaves, veranos calurosos y secos, junto con suelos ricos en cal y buen drenaje, permiten un crecimiento sostenible.

Aceite de oliva. Foto: Unsplash
Aceite de oliva. Foto: Unsplash.

Otros factores claves incluyen la resistencia genética a plagas y enfermedades, el manejo adecuado del riego, y las podas periódicas, que favorecen la renovación del tejido vegetal.

El ejemplar también evidencia cómo ciertas variedades de olivo, como la tsounati, pueden adaptarse exitosamente al paso del tiempo y a transformaciones ambientales significativas, sin perder funcionalidad.