Cómo cuidar una planta de albahaca en casa: 4 reglas de oro para mantenerla saludable y espléndida

La albahaca es una de esas plantas que, además de ser indispensable en la cocina, aporta un toque de frescura y elegancia a cualquier espacio. Esta hierba aromática se adapta fácilmente tanto a macetas como a la tierra abierta, destacándose por su intensa fragancia. Además de realzar el sabor de los platos, también actúa como repelente natural de insectos y pequeños animales.
A pesar de su facilidad para crecer, mantenerla saludable durante todo el año requiere algunos cuidados específicos, especialmente cuando los días se acortan y las temperaturas bajan. Pero no te preocupes: con algunos cuidados básicos, puedes disfrutar de esta planta durante todo el año, incluso cuando el frío y la falta de sol se hacen presentes.

Consejos para cuidar de la albahaca
En primer lugar, la albahaca necesita mucha luz para crecer de manera saludable. Un estudio de la Universidad de California, la albahaca se beneficia de al menos 6 horas de luz solar directa al día. Si se cultiva en interiores, se recomienda colocarla cerca de una ventana soleada o, si es necesario, utilizar luces artificiales especiales para plantas.
En pleno invierno, cuando los días son más cortos, es fundamental buscar soluciones para reemplazar la falta de sol. En estos casos, una lámpara LED específica para plantas puede ser de gran ayuda para mantener el nivel de luz necesario para su crecimiento.
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Otro aspecto clave es su riego, que debe ser regular, pero evitando el encharcamiento. Un exceso de agua puede favorecer el desarrollo de hongos y otras enfermedades. Según un estudio publicado en HortScience, el riego adecuado y el buen drenaje son esenciales para prevenir enfermedades como la pudrición de la raíz.
Por otro lado, el frío es el principal enemigo de la albahaca, y temperaturas inferiores a los 10°C pueden afectarla. Investigaciones publicadas en Plant Physiology sugieren que esta planta prefiere temperaturas entre 20°C y 30°C y no tolera las heladas. Por eso, durante el invierno, se recomienda protegerla de las bajas temperaturas o trasladarla a un lugar más cálido.

Por último, para mantener la albahaca en forma, la poda regular es clave. Un estudio de la Universidad de Cornell indica que el corte frecuente de las flores y las puntas de crecimiento estimula la planta a producir más hojas, lo que aumenta su rendimiento y aroma.
Con estos cuidados, será posible mantener una albahaca sana y productiva durante todo el año, incluso en invierno.