Limones más grandes y jugosos en tu árbol: el tip infalible para regar tu limonero en primavera

Durante la primavera, el limonero atraviesa una etapa de crecimiento intenso ya que junto con la floración, comienzan a verse los primeros limones. Por este motivo, este árbol necesita un suministro constante de agua. Sin suficiente humedad en el suelo, las flores pueden caerse antes de tiempo, los limones pueden salir pequeños o deformes, y el árbol puede estresarse.
En este caso, ajustar la rutina de riego a la temporada y al tipo de suelo no es un capricho: es esencial para mantener la humedad constante de la tierra sin llegar a un exceso, lo que hará que el árbol crezca más sano, desarrolle raíces más fuertes, hojas verdes y flores que se transformen en limones de mayor tamaño.

Cada cuánto hay que regar un limonero
Si el limonero está en el suelo:
- En primavera y verano, regá 2 a 3 veces por semana, especialmente si hay altas temperaturas.
- En invierno, una vez por semana suele ser suficiente, siempre que no haya lluvias frecuentes.
- En otoño, reducí progresivamente el riego.
Si está en maceta:
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- El riego debe ser más frecuente, ya que el sustrato se seca más rápido. Tocá la tierra con los dedos: si está seca a 2-3 cm de profundidad, ¡es hora de regar!
Para regar un limonero correctamente, primero mojá la base y evitá que se formen charcos, ya que el exceso de agua pudre las raíces y favorece enfermedades como la gomosis. Usá mulch u hojas secas alrededor del tronco para conservar la humedad y evitar evaporación rápida. Por último, regá en la mañana temprano o al atardecer, nunca al mediodía con sol fuerte.

¿Qué otros cuidados ayudan?
Además del riego, tu limonero va a agradecerte si:
- Le das abono rico en potasio y fósforo cada 15-30 días en primavera.
- Podás ramas secas o cruzadas para que la luz llegue bien al interior.
- Lo ubicás en un lugar bien soleado, al menos 6 horas de sol directo por día.
- Controlás plagas comunes como pulgones o cochinillas con preparados naturales o insecticidas específicos.
Un riego constante pero moderado, acompañado de fertilización y buena exposición al sol, es la receta perfecta para que tu limonero florezca con fuerza y te regale más limones, más grandes y más sabrosos esta primavera.