Primavera en flor: una por una, cuáles son las especies de árboles que llenan de vida y color los espacios verdes

Con la llegada de la primavera, expertos en jardinería y medio ambiente recomiendan plantar especies floridas que combinan belleza, resistencia y beneficios ecológicos. Estas variedades no solo embellecen cualquier lugar, sino que también purifican el aire, atraen aves y polinizadores, y contribuyen al bienestar ambiental de las ciudades.
Lapachos en la Ciudad de Buenos Aires.
Lapachos en la Ciudad de Buenos Aires. Foto: Buenos Aires Ciudad

La llegada de la primavera marca el momento ideal para renovar los jardines y los espacios públicos. En esta época, el paisaje urbano se llena de color gracias a los árboles floridos, que no solo embellecen las ciudades, sino que también cumplen un papel fundamental en la preservación del ecosistema urbano.

Los árboles que florecen en esta estación ofrecen múltiples beneficios. Además de aportar frescura y sombra, favorecen la biodiversidad al atraer aves e insectos polinizadores, como abejas y mariposas. También contribuyen a mejorar la calidad del aire al capturar partículas contaminantes y reducen la temperatura ambiental, ayudando a mitigar el efecto de “isla de calor” que se genera en las grandes urbes.

Planta de mirto chino. Foto: Unsplash.

“Elegir especies adecuadas al clima local y de bajo mantenimiento es clave para garantizar su desarrollo y prolongar su floración”, destacan desde el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Los expertos recomiendan aprovechar la primavera, cuando las temperaturas son templadas y las lluvias frecuentes, ya que estas condiciones favorecen el crecimiento de los árboles jóvenes.

Jacarandás, lapachos y ceibos: los árboles ideales para plantar en primavera y atraer biodiversidad

Entre las especies más recomendadas se encuentran los jacarandás, conocidos por sus flores lilas que tiñen veredas y plazas; los lapachos, con su característico tono rosado o amarillo; las tipas, de amplia copa y gran capacidad de sombra; los ceibos, flor nacional de la Argentina, de intenso color rojo; y las magnolias, de flores blancas o rosadas, elegantes y fragantes. Cada una de estas variedades se adapta bien a las condiciones del clima templado y puede crecer tanto en jardines particulares como en avenidas o parques públicos.

El árbol jacarandá, presente en CABA. Foto: Gobierno de la Ciudad.
El árbol jacarandá, presente en CABA. Foto: Gobierno de la Ciudad.

Además de su valor ornamental, estos árboles generan un impacto positivo en el bienestar emocional de las personas. Diversos estudios demostraron que el contacto con entornos naturales reduce los niveles de estrés, mejora el estado de ánimo y estimula la creatividad. En ese sentido, los árboles floridos se convierten en aliados del bienestar y la salud urbana.

Para garantizar su crecimiento, se recomienda realizar un riego regular durante las primeras semanas posteriores a la plantación, proteger los troncos jóvenes del ataque de plagas o animales y efectuar podas suaves que estimulen la floración. La elección del lugar es fundamental: deben evitarse zonas con exceso de sombra o suelos compactos que dificulten el drenaje del agua.

Jacarandá. Foto: Unsplash.
Árbol Jacarandá. Foto: Unsplash.

La combinación de belleza, funcionalidad y beneficios ambientales convierte a los árboles floridos en protagonistas indiscutidos de la primavera. Plantarlos no solo transforma el paisaje, sino que también fortalece la conexión entre las personas y la naturaleza, aportando color, vida y equilibrio a cada rincón del entorno urbano.