Absolvieron a un guardia de seguridad de Sergio Dalma que manoseó a una espectadora durante un recital en Mendoza

Ángel García Saavedra, de nacionalidad española, había sido denunciado tras un recital en Maipú en marzo de este año.
Polémica en Mendoza por la absolución.
Polémica en Mendoza por la absolución. Foto: Captura.

Un guardia de seguridad privado de Sergio Dalma fue absuelto en una causa en la que se lo acusaba por abuso sexual a una mujer durante un recital que tuvo lugar en Mendoza, en marzo de 2025.

El hecho tuvo lugar cuando la víctima se subió al escenario del Arena Maipú en pleno espectáculo y, si bien parecía que Sergio Dalma estaba dispuesto a recibir a su fan desesperada, fue rápidamente interceptada por el patovica. El español primero la cruzó por el torso con uno de sus brazos y con el otro -cuando la levantó para bajarla- le tocó claramente su zona íntima.

El momento en el que Ángel García Saavedra sacó a la víctima del escenario. Foto: Captura.

El show continuó y la mujer fue echada del lugar por intentar acercarse al artista de esa forma. Tras esto, la mujer radicó la denuncia y se abrió una investigación por presunto abuso sexual simple.

La causa quedó en manos de la fiscal de Delitos Sexuales local, Virginia Rumbo, quien estableció que el responsable podía quedar libre pero sujeto a normas de conductas y no podía regresar a su país natal. Sin embargo, en los últimos días de mayo, el acusado Ángel García Saavedra llegó a un acuerdo económico con la denunciante y la Fiscalía de Delitos Sexuales encuadró el caso en una “solución de conflicto”.

El terrible momento que vivió la víctima. Video: X @contextocomar

El guardia de seguridad de Sergio Dalma fue absuelto

Ángel García Saavedra, español de 52 años, pagó una suma de dinero acordada con la víctima y pudo regresar a España.

Finalmente, en los últimos días se realizó la audiencia ante el juez Gabriel Bragagnolo para que el hombre quede oficialmente sobreseído por el abuso sexual. Durante este hecho, la víctima manifestó haber sufrido “traumas por lo ocurrido” y no tener ganas de volver a revivirlo en caso de que el español llegue a juicio.