Triple femicidio en Florencio Varela: el acusado de cavar los pozos admitió que lo hizo mientras estaba “drogado”
Ariel Giménez, el acusado de cavar los pozos en la vivienda de Florencio Varela, donde se cometió el triple femicidio con sello narco, declaró ante el fiscal de La Matanza, Adrián Arribas, y manifestó que “no le resultó extraño” haber sido contratado para esa tarea porque estaba “drogado”.
Para la fiscalía, Giménez miente en su declaración. La hipótesis que plantea el fiscal Arribas es que el sospechoso hizo el pozo en el que enterraron a las tres víctimas y luego lo tapó.
De acuerdo al documento que fuentes del caso le enviaron a la agencia Noticias Argentinas, el imputado por supuesto encubrimiento expresó que es adicto a las drogas, al igual que sus hermanos.

La declaración de Ariel Giménez
El joven de 29 años afirmó que el jueves 18 de septiembre (un día antes de los homicidios) publicó un estado de WhatsApp con la imagen de un parlante, el cual fue visto por “estas personas”: “Al otro día, tipo 9 de la noche, me preguntan si les puedo alquilar el parlante, pero les dije que lo iba a preguntar con mis hermanos porque es de ellos”.
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“Mis hermanos tienen problemas de drogas igual que yo, por lo que vimos una oportunidad para poder consumir”, admitió Giménez y agregó que coordinó un encuentro con uno de los implicados para verificar el funcionamiento del aparato, pero “no entró a su casa” a raíz de que estaba “apurado”.
El fiscal le preguntó quién era la persona en cuestión y Ariel consignó que se trata de “Gonzalo”, un hombre de nacionalidad peruana que le compraba estupefacientes: “Arreglamos 30.000 pesos por el alquiler del parlante, 20.000 en drogas y 10.000 en efectivo”.

En este sentido, recordó que luego se tomaron “rápido” un remis y “no pudieron probar el parlante”, a la vez que “lo hizo bajar cuatro cuadras antes de llegar a la casa”, aunque “le entregó la plata y la droga”.
“Volví a mi casa y me junté con mi hermano, una amiga, y le entregué lo que me habían dado por el parlante a mis hermanos, y de ahí me fui a la casa de una amiga mía, me quede toda la noche ahí”, añadió.
El acusado sostuvo que mantuvo contacto con dos personas: Magalí Celeste González Guerrero y Miguel Villanueva Silva, a quien él conocía bajo el sobrenombre de “Gonzalo”. La primera de ellas es quien se quebró en las últimas horas y orientó gran parte de la investigación.

El momento en que cavó el pozo
Pasadas las 14 de la tarde del día siguiente, al no tener contacto con la pareja que le alquiló el parlante, se contactó. Cuando pudo comunicarse, le dijeron que vaya a buscarlo, que se iban a encontrar a mitad de camino entre una casa y la otra.
“Cuando me lo encuentro me dice que tiene que hacer un trabajo en su casa. También le estaba ofreciendo ese trabajo a otra persona, ya que la estaba haciendo re larga”, declaró Giménez.
Finalmente, esa supuesta persona se retiró y él quedó a cargo de la tarea, que era hacer el pozo para enterrar a Brenda del Castillo, Morena Verdi y Lara Gutiérrez.
Acá es cuando se produce el cruce de versiones entre el sospechoso y la fiscalía. “Entramos a la casa y me muestra tierra que estaba al lado de un pozo tapado completamente", señaló.

El fiscal Arribas cuestionó el relato y le consultó cómo sabía que era un pozo si estaba tapado completamente. “Porque era redondo y le faltaba llegar la tierra a la superficie dos centímetros”, respondió.
Giménez dijo que tardó 25 minutos en hacer el pozo y reconoció que ayudó a Villanueva y a Celeste a correr una cama. Aseguró que eran los únicos que estaban en la casa y contó que le pagaron $45.000 por todo el trabajo.
Antes de irse, le pidió a los dos detenidos que le pidan un auto de una aplicación para regresar a su casa. A modo de pago, no solo le pidieron el auto, sino que le regalaron el pico y las palas con las que había trabajado.
Tras la declaración de Giménez, la fiscalía decidió que continúe detenido el imputado por encubrimiento agravado por resultar el hecho precedente especialmente grave.