Más allá de lo clásico: cinco chocolaterías poco conocidas de Bariloche que tenés que visitar sí o sí

La capital nacional del chocolate sigue sorprendiendo con propuestas artesanales que combinan tradición, innovación y mucho sabor. Conocé cuáles son las más destacadas.
Chocolaterías en Bariloche.
Chocolaterías en Bariloche. Foto: Instagram @ferialachocolaterie

San Carlos de Bariloche, ubicada en el corazón de la Patagonia, no solo deslumbra con su paisaje montañoso y su identidad alpina, sino que también se consolidó como la gran capital del chocolate argentino. Si bien existen marcas ampliamente conocidas por locales y turistas, hay otras chocolaterías que, aunque son menos difundidas, ofrecen experiencias igual de memorables.

Explorar estas propuestas es una forma distinta de recorrer la ciudad a través de los sentidos. Más allá de los circuitos turísticos, estas cinco chocolaterías invitan a un viaje por el mundo del chocolate artesanal.

Fiesta del Chocolate en Bariloche para Semana Santa y Pascua. Foto: Turismo Bariloche
Fiesta del Chocolate en Bariloche. Foto: Turismo Bariloche.

Una de las más icónicas es Mamuschka, situada sobre la transitada calle Mitre. Su propuesta combina un diseño visualmente atractivo, chocolates elaborados con cacao propio, bombones, ramas, helados y una ambientación que transporta a un cuento. A pocos metros se encuentra Rapanui, que suma innovación con sus famosos fra-nui, bombones de frambuesa cubiertos en chocolate, y una heladería de gran calidad.

Sin embargo, el mapa chocolatero de Bariloche no termina allí. Hay opciones menos concurridas que también merecen un lugar en el itinerario. Abuela Goye, por ejemplo, ofrece un espacio más íntimo, ideal para hacer una pausa y disfrutar de una taza de café con chocolates o alfajores. Su propuesta se siente más personal, manteniendo la calidez de lo artesanal.

Chocolatería "Abuela Goye" en Bariloche. Foto: Instagram / abuela_goye.

Otra joya oculta es Benroth, una chocolatería que se ganó el reconocimiento entre los barilochenses por su fidelidad a los métodos tradicionales. Sin grandes campañas publicitarias, su prestigio se sostiene en la calidad de sus productos.

Chocolatería "Benroth" en Bariloche. Foto: Instagram / benrothchocolates.

Por su parte, Frantom aporta una impronta familiar con chocolates rellenos de frutas y licores, sabores que escapan a lo convencional y enriquecen la oferta local.

Además de ofrecer productos de excelencia, muchas de estas chocolaterías permiten al visitante conocer parte del proceso de producción. Algunas suman cafeterías en sus espacios, donde el aroma a cacao caliente y la repostería recién hecha se convierten en parte del atractivo.

Chocolatería Frantom en Bariloche. Foto: Instagram / frantomchocolates.

Bariloche invita, de esta manera, a una experiencia que va mucho más allá del gusto: es historia, cultura y pasión por el oficio chocolatero. Quienes eligen incluir estas chocolaterías en su recorrido no solo se llevan una caja de bombones, sino también una porción del alma barilochense.