Córdoba tiene un tesoro escondido con aguas cristalinas y se perfila para ser furor el próximo verano

Córdoba guarda rincones inesperados para el turista que, a medida que avanza por sus rutas y caminos, los va descubriendo y se enamora. La Ciudad capital de la provincia, Carlos Paz y el Valle de Calamuchita son los principales destinos turísticos del corazón del país, pero, para encontrar verdadero relax y disfrute de la naturaleza plena, hay que andar y abrirse camino en ella.
Este tranquilo pueblo serrano está atravesado por las calmas y transparentes aguas del río Panaholma.
Se accede transitando la Ruta Provincial 15 hacia el Norte y luego desviando hacia el Este para llegar al pueblo. Para alojarse existen hosterías y complejos de cabañas. Los que se instalen allí podrán realizar diferentes circuitos de trekking, cabalgatas o recorridos en bicicleta.

Río Panaholma, la joya cordobesa
Rodeado de sierras, el silencio del lugar es música para los oídos, ya que, es considerado el tesoro cristalino del Valle que invita al relax y a la aventura a la vez.
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Con sus aguas templadas y paisajes de montaña, el río Panaholma se posiciona como uno de los destinos más encantadores para disfrutar del turismo natural en la provincia. Es, uno de los cursos de agua más transparentes del país y, está conformado por los ríos Taruca Pampa o Ruga Pampa y La Hornilla, se extiende a lo largo de 29 kilómetros hasta unirse con el río Mina Clavero, dando origen al río Los Sauces o río Grande.

Durante su recorrido, el Panaholma atraviesa parajes como San Lorenzo y la comuna del mismo nombre, uno de los lugares más elegidos por turistas y locales para compartir el día.
Balnearios y naturaleza en estado puro
El balneario de Panaholma es uno de los principales atractivos de la zona, ya que, el lugar cuenta con:
- Asadores
- Sanitarios
- Áreas de descanso
Sus aguas tibias y pequeñas playas de arena lo convierten en un lugar ideal para disfrutar en familia. En temporada de verano, el área cuenta con proveedurías y servicios turísticos para mayor comodidad.
Dónde queda la Ciudad que alegra a la gente
En medio del Valle de Calamuchita, las sierras se abren paso entre ríos que serpentean y espejos de agua que reflejan el cielo. En esta postal natural, los días transcurren lentos, entre caminatas, mates al sol y la calidez de su gente. Es un destino donde la vida sencilla se convierte en lujo, y cada rincón invita a bajar el ritmo.
Los visitantes lo describen como un bombón natural de las sierras cordobesas, por su tamaño pequeño y su encanto irresistible. Los arroyos cercanos, los puentes de piedra y el sonido del viento entre los árboles lo convierten en un refugio para quienes buscan serenidad, contacto con la naturaleza y una pausa del mundo digital.

Se trata de Amboy, un pueblo que vibra con alegría y que debe su identidad a un origen ancestral. En lengua de los pueblos originarios, Amboy significa precisamente “alegría”, y quienes lo recorren entienden por qué. Hay algo en su aire limpio, en la sonrisa de sus habitantes y en sus caminos de tierra que contagia paz.
Sus senderos serranos, rodeados de vegetación nativa y vertientes naturales, son perfectos para explorar a pie o a caballo.




















